Este miércoles, se llevó adelante en la sede del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires la reunión de conciliación llamada por su titular, Dr. Marcelo Herrera, y de la que participaron representantes de la empresa San Sebastián -concesionaria del servicio de transporte local-, y la comisión directiva de UTA San Nicolás.
Al mismo tiempo que en Ramallo los trabajadores levantaron la medida de fuerza que venían llevando adelante desde la madrugada del lunes, en el Ministerio los protagonistas de esta historia se encontraban para ver si podían llegar a un acuerdo en medio del conflicto.
Desde la UTA -Unión Tranviarios Automotor-, aducen que la empresa había pedido un tiempo para gestionar la SUBE -tramite que el gobierno municipal está haciendo desde hace un tiempo prudencial- y si este trámite no prosperaba, la empresa tenía que implemente otro tipo de sistema -ellos sugieren unas máquinas que permiten al usuario pagar su boleto con una tarjeta magnética-, pero, pasó el tiempo, la empresa no habría cumplido con lo firmado, y por eso llevaron adelante la medida de fuerza.
Desde el sindicato sostienen que el chofer no puede seguir cobrando cobrando el boleto a la antigua, recibiendo el boleto de parte del usuario, porque tiene que estar de manera exclusiva para manejar la unidad y cuidar la seguridad de los pasajeros.
Tomás Lencina, titular de la UTA San Nicolás, informó a snrhoy.com.ar, que se firmó un nuevo acuerdo, en el cual, se pasa a un cuarto intermedio hasta el próximo 12 de diciembre, fecha en la que la empresa se comprometió a tener el problema solucionado.
¿Cuál sería esta solución? Primero, que pueda avanzar el arribo del sistema SUBE a Ramallo -desde el municipio sostienen que trabajaron incansablemente y aún lo siguen haciendo, para que así sea, pero aún no prosperaron estas gestiones- y si no fuera así, la empresa colocaría algún tipo de tecnología en las unidades para que los choferes no tengan que hacer otra tarea que manejar.
Respecto a la SUBE, desde la UTA no son muy optimistas sobre su arribo a Ramallo, porque -según aducen-, Vercelli -antigua concesionaria del servicio-, intentó hacerlo durante años y nunca lo pudo lograr.