El asesinato de Pablo Rodríguez, el panadero de 49 años que apareció asesinado en su casa en las ultimas horas del lunes 11 de noviembre, tiene a una persona detenida en una comisaría de San Pedro y a la espera de un cupo para ser enviado a una Unidad Penal. Pero, al mismo tiempo, está comprobado que no habría estado solo en el lugar donde se produjo el crimen y pese al extremo hermetismo que hay en la causa, se conoció que están buscando al menos a un involucrado más.
Llama poderosamente la atención que a pesar de haber pasado dos semanas del luctuoso hecho y que los involucrados no serían personas de un pasar económico que les permita mantenerse oculto de la justicia, parece al menos llamativo que aún no se tengan novedades sobre su paradero. Ya estaría confirmado que es quien se llevó el auto a Rosario – ¿No aparecen sus movimientos en el sistema de cámaras de una de las ciudades más importantes del país? -, lo están buscando, pero parece Houdini: el mago escapista más famoso de la historia.
La investigación sigue en curso, en esto quince días se habrían realizado diferentes diligencias para dar con esta persona, pero es como que la causa no avanza o al menos no tiene novedades.
Lo último que se conoció fue la aparición del automóvil Fiat Siena de la víctima, que estaba en un Corralón Municipal en la ciudad de Rosario, pero desde ese momento poco y nada, se sabe del Caso.
Desde la prensa se tiene que respetar el silencio de los actores involucrados en la investigación e intentar no interferir con nuestros informes en el trabajo que ellos desarrollan, pero desde el momento del crimen hasta ahora no se pudo hablar con nadie que tenga que ver con el trabajo investigativo.
El tiempo pasa, no hay novedades y el prófugo sigue sin aparecer.
¿Y si cambiamos la estrategia para encontrarlo? ¿No se puede abrir una búsqueda que también involucre a otras fuerzas? ¿No sé puede usar en esa búsqueda a los medios de comunicación para que se difunda su rostro?
Preguntas que nos hacemos y que hasta ahora no tienen respuesta.
