“El flaco” Traverso era un hijo prodigo de Ramallo y en los últimos años de su vida eran común verlo por diferentes lugares de su terruño, pero parecía que el club Independiente era el lugar obligado para pasar sus mañanas, sus siestas y también las tardes.

Cotidianamente se lo podía ver tomando un café y con su infaltable cigarrillo en su mano, departiendo con amigos y parroquianos.

Además, Juan María era más que un asiduo concurrente al club, porque también formaba parte de la comisión directiva, y lo hacía de manera activa.

Siendo uno de sus últimos aportes, y tal vez el más importante, la gestión que realizó para que el club pueda contar nuevamente con un predio deportivo para que pequeños deportistas concurran a la escuela de Fútbol de Cristian “Perico” Martínez.

Por ese motivo, este miércoles fue colocada en el costado del edificio que da sobre Avenida Bonfiglio una gigantografía donde se lo recuerda.