Este medio periodístico existe desde el primer día del mes de marzo de este año 2024 y desde ese momento, de una manera u otra manera, a veces mejor y otras no tanto, se intenta estar cerca de todo lo relacionado al ámbito informativo de Ramallo y la región.

La sección Deportes, tal vez por los inicios de quien conduce este medio, ocupa un lugar preponderante y en ese sentido se trabajaba, buscando estar lo más cerca posible de todas las disciplinas.

El futbol femenino no es la excepción y es una de las que más cuestiones raras o que no están buenas, que se han producido en estos meses y que tienen que cambiar.

Se comenzó con un Torneo Apertura muy desprolijo, con equipos que estaban hasta tres semanas sin jugar por un formato de competencia desprolijo, feo, y que les sacaba ritmo a los equipos.

A eso, se le tiene que sumar la actitud de muchos de los clubes que forman parte de la Liga, que deciden no participar con equipo femenino, en una clara muestra de machismo o de no importarle que las mujeres puedan practicar la disciplina.

Pónganle que estas situaciones se las banquen, personalmente creo que estas cuestiones ocurren por responsabilidades compartidas entre la Liga y los clubes, pero lo ocurrido el último fin de semana en el partido de primera división entre El Fortín y Matienzo, pasa por otro lado y habla de una total falta de respeto hacia las protagonistas de parte de quienes organizan el torneo y de las instituciones participantes.

En medio de ese partido se produjo un choque entre la arquera del club local y Luciana Ibarra, delantera de Matienzo, quien pasó momentos complicados en el campo de juego y tuvo que ser trasladada en ambulancia al hospital San Felipe -después de unos 45 minutos de espera-, donde con el paso de las horas se puso bien y le dieron el alta.

Quedando todo en una situación de juego, que gracias a Dios no pasó a mayores y Luciana ya está bien, pero quedó claro que nadie tomó los recaudos necesarios por si esa situación hubiese sido más grave.

El fútbol es siempre futbol, más allá del sexo de quien lo practique y, por lo tanto, sus protagonistas corren los mismos riesgos ya sean hombres o mujeres. ¿Cómo es que no hay un médico o al menos -aunque no es lo ideal- una enfermera por si ocurre algo grave en medio de un partido?

Al parecer no se da y esta vez quedó en una anécdota, pero esperemos que sirva para que tomen nota y no se vuelva a repetir que las mujeres lesionadas o golpeadas, queden a la deriva y sin nadie les pueda dar la atención que puedan llegar a necesitar.

Espero que desde nuestro lugar podamos ayudar a un fútbol mejor y más equitativo.