General San Martín de Pérez Millán se consagró campeón del Torneo Preparación de la Liga Sampedrina de Fútbol al superar por 2 a 1 -3 a 1, en el global-, a Banfield de San Pedro, con goles de Román Monzón y Juan Ceballos.
Una verdadera fiesta se vivió en el Estadio del General, con más de mil personas que lo acompañaron, y donde chicos y grandes, se abrazaron y gritaron a viva voz, por un título muy deseado.
El color azul y blanco en banderas, remeras y el clásico humo azul que ponía aún más color al cielo, más el sonar de las trompetas, bombos y redoblantes, le dieron un marco difícil de igualar en el fútbol de la región. Los hinchas de San Martín fueron a festejar, sabían que era su día, y no pararon un minuto de alentar a su equipo.
De la mano de Diego “Flaco” Yaworsky, desde afuera, y con la experiencia de Robertino Stocafisso -la gran figura de la tarde- y Juan Ceballos -en el debut pidió la pelota para patear el penal y la puso en un ángulo-, más el hambre gloria de un grupo de jugadores que dieron todo de sí para llegar al gran objetivo, General San Martín fue un merecido campeón.
De esta manera el conjunto de Pérez Millán logró un nuevo campeonato en su historia.
El partido
Realmente el encuentro fue una anécdota porque en el ambiente se palpaba que el titulo no se podía escapar y así salieron sus jugadores a la cancha. Lucharon y jugaron cada pelota como si fuese la única y empezaron a ganar el partido de la mano de Román Monzón, quien a los 12’ venció la resistencia del arquero del “taladro”, para poner el 1 a 0.
Después siguió buscando, sin dudas que más tranquilo sabiendo que ya tenía dos goles de diferencia, y cuando el rival se quería acercar al arco bien defendido por Mastroianni, aparecía la figura del “Gran Capitán sin Cinta”, Robertino Stocafisso, quien se hizo gigante sacando todo lo que tiraban por arriba, pero también por abajo.
Banfield llevó un poco de zozobra cuando terminaba la etapa con un borbollón en el área y con Mastroianni dejando libre su arco, pero los defensores se encargaron de desbaratar cualquier peligro de gol.
Complemento
En el segundo tiempo la tónica fue bastante parecida, con un equipo que pensaba e intentaba jugar -Gral. San martín- y otro que iba como podía -Banfield-, pero el partido se jugaba lejos de los arcos.
A los 20’, se escapó Monzón por la derecha y el arquero, que le cometió penal. Agarró la pelota Juan Ceballos, dijo lo pateó yo y la puso arriba, lejos de la estirada del arquero, para casi liquidar la historia.
Banfield siguió buscando -a veces también ensuciando el partido- y San Martín dejaba pasar el tiempo, pero sin descartar meter alguna contra con los refrescos que metió el entrenador en la segunda etapa.
Sobre el final, cuando el partido ya se moría, apareció Juan Ojeda y logró convertir el gol del descuento para su equipo.
Después no pasó muy más y unos minutos después comenzó a resonar el “Dale campeón, dale campeón, dale campeón…”