Como ocurre todos los años, este 7 de agosto la comunidad católica de Villa Ramallo recordó a San Cayetano en barrio Don Antonio.
Primero, con la tradicional procesión por las calles del barrio y con la imagen del Santo patrono del Pan y el Trabajo, encabezándola.
Con posterioridad, casi unas cincuenta personas participaron de la santa misa oficiada por el Padre Sergio Latini en el galón de Pascualito Alonso, en cuyo transcurso se agradeció por el trabajo que se tiene y se pidió para que aquellas personas que se encuentren desocupadas lo puedan conseguirlo muy pronto.
“Todos los años vengo a agradecer porque San Cayetano estuvo cerca mío cuando más lo necesite y nunca me faltó el trabajo”, le contaba s snrhoy-com.ar, un hombre de avanzada edad, que fue a homenajear al santo.
“Vengo para pedir por mi hijo, que se quedó sin trabajo hace menos de un mes”, contaba otra mujer que participó de la procesión y la misa.
Esta devoción de los argentinos por San Cayetano se remonta a la remonta a tiempos de crisis económica en la década de 1930 y se ha consolidado con el paso de los años.
Siendo miles de fieles que acuden a los diferentes santuarios en busca de bendiciones para el sustento y el empleo.
Su historia
San Cayetano, a quien hoy los católicos veneran en su día como santo patrono del pan y el trabajo, nació en Vicenza, Italia, el 1 de octubre de 1480. Estudió derecho en Padua y, después de recibida la ordenación sacerdotal, instituyó en Roma la sociedad de Clérigos regulares o Teatinos, con el fin de promover el apostolado y la renovación espiritual del clero. Esta sociedad se propagó luego por el territorio de Venecia y el reino de Nápoles.
Cayetano de Thiene se distinguió por su asiduidad en la oración y por la práctica de la caridad para con el prójimo. Murió en Nápoles el 7 de agosto de 1547. Por eso se eligió este último día para recordarlo, agradecerle y pedirle por trabajo.